Cuba
En la nueva ronda de negociaciones entre Cuba y Estados Unidos se espera que se logren acuerdos en temas controversiales. La puesta en funcionamiento de las futuras embajadas en las respectivas capitales será uno de los ejes centrales. Sería la primera vez, desde 1902, que sus banderas se izarían sin condicionamiento alguno y en igualdad de condiciones.
Redacción- Cubahora (Cuba)
Una nueva ronda de conversaciones sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas y aperturas de embajadas entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos tendrá lugar este jueves 21 de mayo en un contexto calificado por ambas delegaciones como favorable.
Josefina Vidal, directora general de EE.UU del Ministerio de Relaciones Exteriores y Roberta Jackson, subsecretaria de Estado de EE.UU para Asuntos Hemisféricos, encabezarán nuevamente los diálogos. Según ha trascendido, el clima es adecuado para continuar con éxito el camino iniciado el 17 de diciembre de 2014.
Temas importantes pondrá la isla sobre la mesa: la posibilidad de la sección diplomática de acceder a un banco para sus operaciones en el país norteño y el funcionamiento de las futuras embajadas en las respectivas capitales, entre otros.
Ismael Francisco y Rosa Miriam Elizalde- Cubadebate (Cuba)
La antigua Avenida de las Embajadas, la más elegante de la capital de los Estados Unidos en las primeras décadas del Siglo XX, muere en la Pennsylvania Avenue, que conecta la Casa Blanca con el Capitolio. La Calle 16 y Pennsylvania forman una “T” en la que, hace unos cien años, se podían encontrar casi todos los lujos y estilos arquitectónicos que el Imperio naciente podía regalarse.
Pero pasado los años el semblante físico de este lugar cambió notablemente. El barrio Adams Morgan, tres cuadras hacia el Noroeste, era la puerta de los inmigrantes que empezaron a llegar por oleadas para sostener los servicios de la ciudad. Con el tiempo se quedaron allí y la zona empezó a ser conocida como el “Barrio Latino”, una isla acorralada por casas de madera, por pequeñas cantinas de nombres exóticos que siguen ofreciendo platos puertorriqueños, salvadoreños o de los negros del Sur, y también, por la pobreza y el crimen. La ciudad elegante se deslizó hacia los predios de Dupont Circle y una nueva calle de las Embajadas le nació a Washington: Massachusetts Avenue.
” Si algo permiten los 113 años transcurridos desde que, en 1902, Estados Unidos aceptó abrir la Legación de Cuba en Washington, es despojar la mirada de la hojarasca y repasar los hechos. Lo que queda es la historia de un abismo entre los dos países “
Sin embargo, de la Calle 16, en el número 2630 para ser exactos, no se ha movido en casi un siglo la representación diplomática cubana en Estados Unidos. Carlos Manuel de Céspedes Quesada –hijo del Padre de la Patria cubana- fue quien inauguró en 1917 la “nueva” Legación del gobierno de La Habana en Washington. Sería él quien contratara a la firma de arquitectos MacNeil & MacNeil y quien eligió el modelo francés como estilo para la nueva construcción, porque “el clasicismo pertenece a todo el mundo”, comentaría Céspedes a The Washington Post el 19 de noviembre de 1916.
El Post anunció entonces que el edificio tendría una fachada flanqueada por dos pequeñas torres y ventanas de medio arco. En los interiores abundaría el mármol blanco y en el exterior, la piedra caliza de Indiana. Una escalera desde el recibidor daría paso a los tres niveles de la casa, que quedaría coronada por una cúpula de cristal. En el Registro Nacional de las Plazas Históricas de EEUU, esta dirección figura como “una de las residencias más imponentes y enigmáticas” de la ciudad, un edificio “cuyo origen se perdió en las turbulencias de dos guerras mundiales, intrigas internacionales y una revolución”.
En Washington se construye
Cuando salimos de Washington en febrero pasado, tras las primera ronda de conversaciones Cuba-EEUU aquí –una anterior se había celebrado en La Habana-, en la Calle 16 todo estaba cubierto de nieve, los árboles habían sido carbonizados por el invierno y el sol llegaba tarde a la ciudad. Volvemos, y ha entrado la primavera, los castaños hierven de verdura junto a la casona neoclásica, los orioles de pecho naranja trinan en sus cornisas, los cafés han desplazado sus mesitas a las aceras y una multitud colorea el Barrio Latino.
Cuesta creer que es el mismo lugar que dejamos atrás hace poco más de dos meses, y es más difícil aún reconocer la geografía de esta calle en las viejas fotos de la Biblioteca del Congreso, que Ismael Francisco ha traído impresas desde Cuba, tras descargarlas por Internet.
” Será la primera vez, desde 1902, que esas banderas se izarán sin condicionamiento alguno en las dos capitales y con las delegaciones diplomáticas de Cuba y Estados Unidos mirándose a los ojos en igualdad de condiciones. Nunca como ahora, después de 113 años, ha habido mayores posibilidades para una relación “normal” entre ambos países “
La entrada de lo que será la sede de la Embajada cubana en Washington está, literalmente, en construcción. Hay grúas y trabajadores que trastornan ligeramente una vía del tráfico frente a la hermosa casona neoclásica, la cual adquiere aires de renovación. El ambiente es de urgencia, de algo que hay que concluir a más tardar ayer. “Esto lo terminamos hoy. Es que abrirá pronto la embajada de Cuba”, nos explica Jaime Santos, un mexicano empleado en las obras. Se construye una rampa para entrar al edificio y se pavimenta lo que sería el parqueo, al fondo, cuyo cimientos estaban a punto de derrumbarse.
No tiene idea de cuándo se abrirá la Embajada, solo confirma la noticia que está en todos los periódicos. Una vez acordado el momento de restablecer relaciones diplomáticas, tema que conversarán este jueves las delegaciones de ambos países en Washington, solo resta la gestión protocolar para firmar los acuerdos, quedará sin efecto la sombrilla Suiza bajo la cual han operado como oficinas de intereses las representaciones de ambos países, y se levantarán soberanas las banderas de Cuba en la Calle 16 y la estadounidense, en el Malecón hananero.
Será la primera vez, desde 1902, que esas banderas se izarán sin condicionamiento alguno en las dos capitales y con las delegaciones diplomáticas de Cuba y Estados Unidos mirándose a los ojos en igualdad de condiciones. Nunca como ahora, después de 113 años, ha habido mayores posibilidades para una relación “normal” entre ambos países. Por eso Santos habla de la premura de las obras en los exteriores de la casona. “Señores, esto es cosa grande… Si abrir la embajada de Cuba en el DC no es historia, que venga Dios y lo vea”, nos dice y su sonrisa está a todo dar.
Roberto García Hernández- Prensa Latina (Cuba)
En general, los encuentros sucesivos entre delegaciones cubanas y estadounidenses provocaron una explosión del interés de sectores de negocios, la cultura, la ciencia y líderes políticos estadounidenses que tienen la vista puesta en las perspectivas a mediano y largo plazos.
Entre enero y abril de este año visitaron La Habana numerosas delegaciones, entre ellas la que presidió en febrero la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, integrada por un nutrido grupo de sus colegas.
Una connotación similar tuvo la presencia aquí en abril de la comitiva de hombres de negocios, científicos y expertos en comercio que encabezó el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo.
Otro punto fundamental en la dinámica de los vínculos ent
re Washington y La Habana es la permanencia de Cuba en la lista de países que, según el departamento de Estado, patrocinan el terrorismo, y en la que -de acuerdo con autoridades cubanas- nunca debió estar incluida la nación caribeña.
El 14 de abril Obama notificó al Congreso la decisión de excluir a la isla de esa denominación, pero el Legislativo dispone de 45 días para expresar su criterio al respecto, plazo que expira el 29 de mayo, sin que la ultraderecha anticubana pueda hacer algo en contra, por falta del consenso que necesitan.
” A pesar de la decisión expresa del jefe de la Casa Blanca de hacer realidad el nuevo curso de los vínculos bilaterales, hasta la fecha no ha usado a fondo esas prerrogativas, y solo adoptó decisiones que, aunque van en la dirección correcta, son de menor importancia “
Si se revisan las declaraciones de los principales líderes políticos y empresariales estadounidenses que estuvieron en suelo cubano en los últimos meses se destaca un común denominador: los frutos del reacercamiento bilateral solo serán posibles cuando el bloqueo sea derogado.
Obama cuenta con amplias facultades ejecutivas para “vaciar” una buena parte de esas restricciones mediante licencias específicas u otras acciones, de acuerdo con Josefina Vidal, Directora General de Estados Unidos de la cancillería cubana.
A pesar de la decisión expresa del jefe de la Casa Blanca de hacer realidad el nuevo curso de los vínculos bilaterales, hasta la fecha no ha usado a fondo esas prerrogativas, y solo adoptó decisiones que, aunque van en la dirección correcta, son de menor importancia.
En este contexto, los sectores más recalcitrantes -y a la vez minoritarios- dentro del Capitolio iniciaron una campaña dirigida a echar por tierra estas proyecciones del gobernante respecto al vecino caribeño.
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