La organización multinacional advirtió que la región podría perder hasta 1,7 billones de dólares por la “crisis educativa” provocada por la pandemia, que prevé un impacto negativo a futuro en el capital humano, la productividad y un aumento de la “pobreza de aprendizaje”. Al menos 120 millones de niños y niñas en edad escolar estuvieron impedidos de asistir a clases presenciales, una situación que, remarcó, afecta a los sectores económicamente más precarizados.
“Esta es la peor crisis educativa jamás vista en la región y nos preocupa que podría tener consecuencias graves y duraderas para toda una generación, en especial entre los sectores más vulnerables”, indicó Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, en un comunicado.
El texto agrega que la pobreza de aprendizaje habría pasado de 51% a 62,5, lo que podría equivaler a 7,6 millones adicionales de niños y niñas en educación primaria que no saben escribir o comprender un relato simple.

En los primeros años de secundaria, el porcentaje de estudiantes que no son capaces de comprender un texto de extensión moderada pasó del 55 al 71%. Se estima que si los colegios permanecen cerrados tres meses más, el índice ascendería al 77%, afectando más a los sectores de menores ingresos.

Además, los expertos del banco advirtieron que estos efectos negativos afectan principalmente a los alumnos de menos ingresos, lo que podría haber ensanchado en un 12% adicional la brecha educativa entre ricos y pobres.

Además se suma la posibilidad de que las deserciones escolares se incrementen por lo menos en un 15% debido a la pandemia y el impacto negativo en los estudiantes que se benefician de programas de alimentación en las escuelas.
“Los gobiernos deben actuar en forma urgente para recuperar el terreno perdido y aprovechar la oportunidad para mejorar los sistemas educativos”, concluyó Jaramillo.